Ruca Del Valle ( Catamarca )
  INFO
 

ORIGEN DE FASTA. EL FUNDADOR

 

Por Fray. Dr. Aníbal Ernesto Fósbery O.P.

La Fundación

En agosto de 1962, regresé al país desde Roma. Había terminado mi doctorado en Teología. En el puerto de Barcelona, antes de embarcar, el entonces Prior Provincial, Fr. Manuel Fortea me encargó la misión de formar una institución juvenil dominicana. Conservo los borradores del proyecto que comencé a pensar en el barco “Julio Cesar”, cuando arribaba de regreso.

Llegado a Buenos Aires, se dieron dos circunstancias que precipitaron los acontecimientos. Una fue el hecho de que, sobre fines de septiembre, me invitaron a predicar una novena de la Virgen del Rosario en la Iglesia Parroquial de la ciudad de Leones, provincia de Córdoba. En ésta tarea inicial reemplazaba a dos frailes que por motivos personales no pudieron concurrir. Fue allí donde conocí a Don Guillermo Palacios, y a través de él, a un grupo de jóvenes de la Parroquia que colaboraban en el cine parroquial. A ellos les propuse, por primera vez, formar la Milicia Juvenil Santo Tomás de Aquino. Detrás de esta propuesta se nuclearon Héctor Partridge, Eduardo y Enrique Kern, Ricardo Liberatti y otros. La milicia comenzaba a movilizarse. La otra circunstancia de dio cuando, días después, al regresar a Buenos Aires, una mañana, terminada la celebración de la Santa Misa fui llamado por el Vicario Provincial, fr. Jerónimo Rodríguez quien me comunicó, sin más, que esa tarde debía salir a Mendoza para hacerme cargo del Rectorado del Colegio Santo Tomás de Aquino, que estaba pasando por una grave crisis institucional. Era el martes 16 de octubre. A las 18hs. llegué a Mendoza. Superada la grave situación institucional del Colegio, una tarde, mientras asistía a una fiesta escolar, vi a un joven estudiante que colaboraba en la organización del festejo con dedicación y fervor notables. Lo llamé, le pregunté el nombre y le propuse incorporarse al proyecto fundacional. Me dijo que se llamaba Carlos Nesci y me solicitó permiso para invitar a un amigo.

Vinieron al día siguiente los dos. Apareció en FASTA, flaco y risueño, el “Gringo” Garófoli. Detrás de ellos vinieron el “Bicho” Tobares, Francisco Muscará, “Tito” Catapano, Pedro Giunta, Juan Carlos Barrera Oro y tantos otros con el correr de los años. Nacía de esta manera la Milicia Juvenil Santo Tomás de Aquino. Un grupo de jóvenes porteños aguardaban los acontecimientos que se producían en el interior. Se llamaban Juan Carlos Vega, Andel Gómez “Gomita”, Ruiz Toranzo. Todo estaba preparado para que nos lanzáramos. A los porteños se unió un pequeño grupo de cordobeses del Barrio Juniors: Oscar Noriega, Javier Capitaine, etc... Podíamos ya organizar la primera actividad nacional: fue el campamento nacional que núcleo en Alpa Corral, en febrero de 1963, a los primeros jóvenes de la naciente Milicia Juvenil, que empezarían a hacer escuchar sus cantos y sus marchas a los turistas que los miraban, con simpatía y desconfianza, desfilar detrás de sus estandartes y banderas.

Algo nuevo estaba ocurriendo en nuestra Patria.

Treinta años después, podríamos describir algunas etapas que van caracterizando el crecimiento de nuestra Fraternidad. La década del 60, época de su fundación, es la etapa en que nace y se desarrolla la Milicia Juvenil, se fundan los primeros Rucas y se van definiendo, en los jóvenes milicianos que nos acompañan, las características propias de nuestro estilo y compromiso. Algunas obras empiezan a asomar: los Colegios Universitarios que apuntan más bien a formar a nuestros propios dirigentes, que han ingresado a la Universidad en la ciudad de Córdoba.

La Orden Dominicana ha acompañado esta etapa participando, a través de la asistencia sacerdotal de muchas de nuestras actividades. Sobre fines del 60 nos visita el Maestro General de la Orden, fr. Aniceto Fernández, quien nos alienta y entusiasma.

Una Obra de la Iglesia

La década del 70 es la de la institucionalización. Será el Dr. Oscar Carlos D´Agostino, nombrado Jefe Nacional en 1971, quien asumirá este objetivo, para lo cual envía al Miliciano Dr. Esteban Romano a entrevistarse con las autoridades de la Orden en Roma y solicitar se nos reconozca como una Fraternidad Laical, conforme a la nueva legislación de la Orden aprobada en el Capítulo General de Rivers Forest, de 1969, que autoriza el funcionamiento de Fraternidades Laicales con estatutos y objetivos apostólicos propios. El 2 de octubre de 1971, festividad de los Santos Ángeles Custodios y contando con el aval de Su Emcia. Revma. Dr. Raúl Cardenal Primatesta, se promulga el Decreto que nos incorpora institucionalmente a la Orden.

La Evangelización de la Cultura

El Dr. D´Agostino realiza, durante ésta década, una formidable tarea de formación con los jóvenes milicianos, muchos de ellos ya profesionales, y que son convocados para acompañar la gestión que, por mandato de mis superiores, comienzo a realizar como Rector de la Universidad del Norte “Santo Tomás de Aquino”.

Esta etapa intenta abrir los horizontes de la Milicia Juvenil al desafío de la misión adulta. Se constituye la Organización Mayor desde la cual se empiezan a perfilar el estilo adulto de la Institución. Abundan las entregas y los compromisos. En esta época nace Ruca Ayllú en Tucumán y se mantiene una fervorosa actividad juvenil. Se hace necesario definir un perfil apostólico más preciso. Las experiencias recogidas en estos años nos empiezan a mostrar la necesidad de avanzar sobre lo que fue objetivo fundacional y que el Estatuto define con estas palabras: “formación integral de la juventud que aspira dar a sus vidas un elevado ideal de amor a Dios, a la Patria”. Es entonces cuando creemos conveniente definir el objetivo apostólico de la Fraternidad en consonancia con los requerimientos del momento social y político que vive en nuestro país.

Optamos por la evangelización de la cultura. Es desde esta perspectiva desde donde trataremos de asumir los desafíos apostólicos. Afirmar, transmitir, defender la cultura católica que es la cultura fundante de nuestra nacionalidad, y que nos integra con la Patria Grande de los Libertadores: San Martín y Bolívar. Esta cultura católica llega al continente por la colonización española y genera ese hecho singular que es “lo criollo”. Es decir, funda una nueva cultura propia de este continente, que no es ni indígena ni española. Es criolla.

Se hacía necesario asumir obras apostólicas acordes con la adultez de la institución. Lo más adecuado al estilo apostólico propio de FASTA era la tarea  educativa. Contábamos con un número importante de jóvenes profesionales milicianos en condiciones de asumir esas tareas. La providencia de Dios quiso que pudiéramos concretar nuestro primer proyecto educativo en la ciudad de San Miguel de Tucumán, el Colegio “Ángel María Boisdrón”. Era el año 1978. Comenzaba FASTA a abrirse a una nueva dimensión apostólica. Estábamos en los umbrales de la Ciudad Miliciana.

Las experiencias acumuladas en estos años, el crecimiento institucional y los desafíos apostólicos asumidos y a asumir, aconsejaban adecuar los Estatutos a la nueva situación. Fue en esas circunstancias cuando, a más de las reformas estatutarias, se agrega a los Estatutos, una primera sección con un preámbulo que intenta definir el espíritu apostólico de FASTA. Estábamos en condiciones de fundamentar, de esta manera, el estilo doctrinal y espiritual de la Fraternidad, en respuesta al llamado Conciliar para que los laicos asuman su protagonismo apostólico en el mundo.

En enero de 1981 muere trágicamente el Dr. Oscar Carlos D´Agostino. Los años 80 precipitarán nuevas decisiones de acomodación. Los acontecimientos sociales y políticos, por un lado, y la necesidad de canalizar las vocaciones personales de milicianos comprometidos con FASTA, nos empujan hacia una nueva concepción institucional. Hay muchos jóvenes que quieren consagrar su vida en la vocación sacerdotal puesta al servicio de la Fraternidad. La obra que se está haciendo en el Colegio Boisdrón trasciende los límites de la provincia de Tucumán, y se nos llama y consulta desde otros sitios. Se nos comienza a proponer nuevas fundaciones de Colegios. Vemos la necesidad de intensificar la formación “Aquinas”, en Tucumán, y “Catherina”, en Mendoza. Será, como el fruto del Aquinas, que se suscitarán las primeras vocaciones sacerdotales, con las cuales en 1985, se fundará la Fraternidad Sacerdotal, protegida y auspiciada por Mons. Jorge Meinvielle, Obispo de Concepción.

La Ciudad Miliciana

Había que buscar un odre nuevo para el vino nuevo que embriagaba de fervor, iniciativas y entusiasmo, a nuestros milicianos. Surge así, en el Consejo Plenario de 1987, la Ciudad Miliciana.

FASTA da un salto cualitativo para encontrar un espacio donde recibir la fuerza inusitada de su objetivo institucional. La organización institucional, lejos de encerrarse en una estructura normativa, se abre y se flexibiliza para poder generar espacios de salvación donde se conjuguen la vocación personal y el compromiso apostólico de la Fraternidad.

FASTA convoca a todos sus milicianos a contemplar, construir, sostener y proteger la Ciudad Miliciana, ocupando un lugar, asignado por misión o asumido por vocación, desde donde se pueda recrear una comunidad sacral, sapiencial, apostólica y organizacional, al servicio de la Iglesia y la Patria. Las formas, los modos, los estilos, las obras a encarar, los lugares adonde insertar nuestro mensaje de salvación, se irán multiplicando. Comienza una audaz e incesante etapa de crecimiento que nos hace recorrer los caminos de la Patria, desde Jujuy a San Martín de los Andes. Colegios, Residencias Universitarias, Casas de Ejercicios Espirituales, nuevos Rucas, Universidades, seminario de la Fraternidad Sacerdotal, van mostrando, a quien quiera verlo, el misterioso paso del Señor en medio nuestro.

 

 

La Fraternidad Sacerdotal

Los desafíos no nos dan descanso. Una nueva reforma de Estatutos intenta dar forma normativa a toda esta rica, explosiva y creciente realidad. ¿Fruto del Espíritu Santo? Sin duda. Y los apóstoles, ¿dónde están? En la Orden, de quien recibimos la misión, el carisma, la protección. Y en los Obispos, que nos empiezan a llamar, a bendecir, a estimular. Protegen y aprueban nuestras iniciativas. Apoyan nuestros proyectos. En diciembre de 1990, Su Emcia. Revma., el Cardenal Antonio Quarracino promulga un decreto por el cual aprueba a la Fraternidad Apostólica Sacerdotal “Tomás de Aquino” y autoriza la ordenación de sacerdotes incardinados a la Arquidiócesis de Buenos Aires pero al servicio apostólico de la Fraternidad Laical, conforme a los Estatutos. Día de acción de Gracias. Hemos llegado al centro más oculto y misterioso. Allí donde aparecen y se conjugan la acción del Espíritu Santo y la fraternal aprobación de la Iglesia en el ejercicio jerárquico de su autoridad.

En 1991 se ordena el primer sacerdote de FASTA. Es un día de gloria, de alegría de lágrimas, de esperanzas. Resuenan en nuestros corazones las palabras de su Emcia. el Cardenal. Y los rostros asombrados de los milicianos que, sin darse cuenta, habían llegado, después de treinta años, bajando de las cumbres, recorriendo agobiados las llanuras, luchando cotidianamente para nutrirse, sobrevivir y construir –capitanes impetuosos de un crucero- hasta el oculto lugar del misterio. Detrás de las murallas, en lo más recóndito y entrañable de la ciudad, aparecían sus sacerdotes. Antes, lo habían preanunciado los poetas:

“Es largo el camino,

difícil de andar

y muchas las pruebas

 que deben sortear.

 

Madera de apóstol

deben demostrar,

ser hombres que ayuden

a hombres salvar.

…………………………

El Cristo ha venido,

hay que levantar

la carpa sagrada

donde ha de morar.”

 

 

En 1997, la Santa Iglesia, mediante la potestad del Papa, su Santidad Juan Pablo II, reconoce definitivamente a FASTA como “Asociación Internacional Privada de fieles de Derecho Pontificio”. Ya estábamos reconocidos por “Pedro” y el Espíritu Santo seguía soplando donde quiere y como quiere. Y justamente este mismo año se da la fundación de FASTA en la Patria hermana del Perú.

Tras estos pasos que la Ciudad Miliciana iba dando, en el año 2002 se celebraron los 40 años de FASTA  en la provincia de Mendoza, donde participó un gran numero de Milicianos y aquello que era un sueño de niño se hacía realidad, los corazones latían fervorosos y entusiasmados.

 

 

 

Las Catherinas

Y por gracia divina, en el año 2005 la Ciudad Miliciana se terminaba de conformar con todas sus partes y se da la fundación de la Fraternidad Apostólica Santa Catalina de Siena, más conocidas como Catherinas. Ya empezaba otra etapa en la vida de FASTA, el Espíritu Santo hacía que todo esto crezca a pasos agigantados, visto con los ojos humanos parecía imposible y eso hacia notable que se trataba de una obra de Dios. Ha sido Él mismo el artífice de todo esto que hoy vemos y por eso nos enamoramos, nos emocionamos y nos cautivamos al verlo hecho realidad.

 
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